domingo, 30 de junio de 2019

La forma de como me cuidas

Ahí estábamos en pleno boliche con la luz dándonos en la cara, uno al frente del otro mirándonos mientras cantábamos con euforia la canción que sonaba. 
Tenía un trago de más en mi sangre y me empezaba a quedar dormida, pensé que nadie lo notaría y que seguiría bailando hasta que se me pase. Pero vos si te diste cuenta. Me preguntaste más de una vez si estaba bien y yo te pedí si me acompañabas al baño. La realidad es que no tenía ganas de ir al baño, solo de estar un rato junto a vos. 
Salí del baño, media mareada y te pedí si me podías comprar agua. Obvio, me dijiste que si. Fuimos a una barra, y mientras esperábamos me quedaba dormida, no quería que lo notes pero lo notabas igual, porque vos si prestabas atención en mi. Necesitaba el agua ya, y eso también lo sabías así que después de esperar un rato, tu desesperación llego y fuimos hasta otra barra a comprar el agua. “Vas a estar bien” me acuerdo que me dijiste más de una vez y la realidad es que ya lo sabía porque siempre que te tenga a vos voy a estar bien. Me diste el agua pero no te fuiste, te quedaste al lado mío hasta que estuviera mejor. Como si nada te interesaría más en ese momento que yo. Como si yo fuese tu mundo. 
Me preguntabas si quería que nos fuéramos, te decía que no pero igual insistías, porque sabías que aunque esté para la mierda iba a querer quedarme un poco más. 
De a poco, fui recuperándome. No se si fue por el agua o si fue por tus brazos que me mantenían firmes y que nunca dejaban que yo caiga.
Hasta que después de un rato, te mire y te dije con una mirada cómplice “vamos”?, y vos me seguiste, como lo hiciste siempre, nunca dejándome sola.
Me diste tu campera para que no tenga frío, te aseguraste de esperar adentro para no chupar frío afuera y me abrazaste. 
Nos tomamos el Uber, me apoye contra vos rodeada entre tus brazos. Comencé a quedarme dormida, y noté como ponías tus manos en mis cachetes para que mi cabeza no caiga ante una dormida. Por dentro me decía a mi misma “que suerte tengo”.
Bajamos del Uber, agarraste mis llaves y abriste la puerta. Recuerdo que en el ascensor me dijiste “te pongo el pijama y te vas a dormir”.
Me acosté en la cama y logré dormirme rápidamente, hasta que te sentí. Sentí como me sacabas el pantalón, las medias, la campera, todo para ponerme el pijama porque sabias que yo sola no podía hacerlo. 
No te ibas a acostar a dormir conmigo en mi cama porque querías que esté cómoda y que descanse bien. Pero lo que no sabes, es que las veces que mejor duermo es cuando te tengo a mi lado. Así que te insistí que duermas conmigo hasta que finalmente lo logre. 
A la mañana, me desperté recordando que había que limpiar toda la casa y ordenar el quilombo de la noche anterior. Te lo comenté, y me dijiste vos descansa yo limpio. Me tapaste, me diste un beso en la cabeza y fuiste. 
Dormí un ratito pero enseguida me desperté, no quería dejarte solo, no quería que hagas eso solo. Así que más allá de los dolores y lo cansada que estaba me levante a ayudarte. Porque de algún modo quería devolverte por lo menos 1/4 de lo que vos hiciste por mí durante toda esa noche. 
 Y aquí estoy, entendiendo como me cuidas y sintiéndome tan agradecida con eso. Solo me queda agradecer que gracias a dios a mi me tocaste vos, tengo mucha suerte. 
Me di cuenta de cuanto me cuidas, y al darme cuenta de eso también me doy cuenta de cuanto me amas. 

jueves, 1 de noviembre de 2018

Caos

Me encontraba caminado por la cuidad de Buenos Aires por una avenida generalmente muy transitada y aún más en hora pico.
Estaba en serenidad, mirando las vidrieras y disfrutando el paseo, pero de pronto comencé a caminar más rápido, ya no podía mirar la ropa, ni disfrutar. Empecé a cansarme, ya eran varias las cuadras que había hecho caminando a esa velocidad, por lo que entonces sin entender el por que de mi ligera caminata, decidí parar, cuando de pronto lo entendí. La calle era invadida de ansiedad, apuros, corridas, tropezones, golpizas entre personas por la rapidez de su caminata y a veces por mirar su celular y no para adelante.
Habia sido invadida por esa corriente que me llevo a sin saber porque, estar igual que ellos. ¿A donde quieren llegar?, me preguntaba.
Me encontraba sola analizando a las personas que prácticamente corrían de un lugar a otro. Pero eso no era lo único, una frenada de auto hizo percatarme que la gente en los autos se encontraban igual o incluso peor. Bocinazos e insultos intercambiados entre conductores no me dejaban pensar. De pronto un sujeto gritó una grosería y sin preocupación pasó con el semáforo en rojo. ¿Por que la rapidez en todos? ¿ A donde quieren llegar?, volví a preguntarme.
Me sentía extraña y fuera de la sociedad. No lograba y aún no logro entender el porque vivimos apurados. Uno a veces está tan metido en la vida cotidiana y en la sociedad que como me ocurrió a mi, te dejas llevar por la corriente. Pero esta bueno cada tanto parar, da un paso hacia el costado y ver como en realidad vivimos.

De una más.

martes, 25 de septiembre de 2018

Una birra o un té?

Recuerdo esa tarde. Llegué y ahí estabas, sentado en una mesa redonda, leyendo el menú. Empecé a temblar, se me aceleró el corazón y me empecé a agitar.
Caminé hacia la mesa, no soportaba tu mirada en mi (por favor que deje de mirarme, pensaba). No sabía cómo saludarte, un beso en el cachete? O un beso en la boca?. Pero como siempre, vos tomaste las riendas del asunto, te paraste y me diste un pico.
Ese beso me dió tanto miedo, sentí el nerviosismo en los labios. No sabía si era un beso de despedida o un beso de recibimiento.
Me senté en la mesa, tus ojos me incomodaban. Nunca los había visto así, tan tristes. Siempre al verte a los ojos puedo saber en qué estás pensando, pero esta vez no.
Me animé a romper el silencio, “te extrañe”, dije . Me arrepentí, porque había dicho eso? Si bien era verdad, no era el momento oportuno para decirlo.
Me respondió con una pequeña sonrisa, de esas que no se ven los dientes, hasta que abrió la boca para decir “elijamos algo para tomar y  después hablamos”
Asenté con la cabeza, y empecé a leer el menú. 7 pm de la tarde. Que me pido a esta hora? Una birra o un té?

lunes, 17 de septiembre de 2018

Otro dia de mal humor

Que difícil es luchar, siempre fue difícil pero luchar cuando sentís que todo esta perdido, no es solo difícil, sino que ya duele. Te hace sentir solo, perdedor y te envenena el alma.
Cuando "eso" por lo que luchas lo ves cada vez mas lejos, te destruye, te impulsa a que te rindas, a que bajes los brazos y hace que te digas a vos mismo que ya todo esta perdido.
Los días se hacen cada vez mas difíciles, ya no encontras un motivo por el cual seguir, todo te tira abajo, ves todo de color gris y como si fuese poco tu cabeza lo piensa todo el día. Te recuerda lo lejos que estas, te hace volver a esos recuerdos del pasado en donde ahí todo era mejor, y hace preguntarte ¿que paso? ¿que cambio?.

Dormís ya que esa es la única salida, queres escaparte de la realidad. A veces sale bien y logras escaparte al menos unas horas, pero a veces el plan de escape no sale tan bien, porque como si fuese poco soñas con eso también. Asi que "eso" o "esa persona" no solo vive en tu cabeza, sino que también vive en tu inconsciente y en tus sueños. Y es ahí donde ya nada funciona. Te persigue, ya vive en vos. Logro apoderarse, se apodero de tu mente, tu alma, tu cuerpo y ahora también de tu cabeza, algo mas? Incluso, lo mas frustrante de esta situación, es que en tus sueños todo es perfecto, sos feliz, tenes a eso que tanto queres, tu corazón esta sano y los dias grises no existen. Ahí es cuando te despertas y te acordas de lo mal que esta todo, te lamentas que todo aquello haya sido solo un sueño y así es como empezas otro dia de mal humor.



De una mas.

martes, 4 de septiembre de 2018

Salir de la zona de confort

Una persona que vale la pena tener cerca en tu vida es aquella que te hace conocer una nueva versión de ti, que te reta y te inspira a ser mejor. 

Ser mejor es salirse de su zona de confort, es aceptar que muchas veces estás mal, que no puedes o que eres demasiado frágil. Es moverte de lugar, dejar algunas cosas que querías y adoptar nuevas facetas de ti. 

No importa la cantidad de veces que te caigas y te raspes las rodillas. Lo que importa es lo qué haces para curar esas heridas.



De una más 

domingo, 29 de julio de 2018

Acostumbrarse es otra forma de morir

Porque al final acabas entendiendo que esperar a alguien es como callarse, y que solo cuando uno se va se dice: te quiero. Porque, a veces, hay personas a las que no les llega el tren y uno tiene que ir andando. Soportar la distancia recorriéndola y no quejándose de ella. Porque, al final, la soledad solo es un prologo que dura hasta que dejemos de cerrar la puerta con la intención de que alguna persona se atreva a llamar. Porque, a veces, y casi siempre, hay gente que se queda en el umbral, con el miedo impidiéndoles acercarse del todo. Y uno entiende que la vida también sigue sin nadie, que el sol brilla, y que el cielo vuelve a vestirse de azul aunque nos sintamos tristes.
Que nuestro peor enemigo somos nosotros mismos cuando no nos importa salvarnos, o al menos intentarlo. Que de nada sirve amar las cicatrices de otro, si ni siquiera podemos amarnos a nosotros mismos. O que de nada sirve decir que nos acepten si vamos juzgando a los demás sin conocerlos. Porque las personas son más de lo que dicen, también son lo que callan y hay que aprender a escucharlos con el tiempo. Y con el tiempo uno entiende que acostumbrarse es otra forma de morir, y que hasta lo bueno resulta dañino si no aceptamos que hasta lo bueno termina. Porque, también hay que aprender a irse, al igual que aprender a dejar marchar. Ojala amemos lo máximo posible antes de que no tengamos el cuerpo al cual mirar cada mañana. Y saber que de todo se aprende, y que un final en realidad solo es un nuevo comienzo.

De una mas.

martes, 24 de julio de 2018

Mentiras

Mentiras. Todo siempre fue mentira.
Que triste, cuando recuerdo las mil y un veces que me dijiste que sería imposible superarme. Que ilusa me siento cuando me creo cada mensaje que mandas.
Me juraste que tardarias en estar con otra, que no podrías seguir adelante, que no podrias reemplazarme. Sin embargo, la voz del viento me dice otra cosa. Me cuenta que todo, como siempre, fue mentira.
Me di cuenta, que nunca estuve con vos. Estuve con la imagen que proyectabas, estuve con un actor, que juró entregarse pero como siempre solo fue uno de tus engaños.
Me pregunto donde esta el amor del que tanto hablas.
Las voces hablan y cada vez me confirman mejor que nunca te conocí y que viví en una burbuja de simulación durante meses, en donde pensaba que vos eras el víctima pero en realidad esa  siempre fui yo.
Que paso? que paso con esa persona que yo conocí? el desgaste y el tiempo te dieron a conocer y si que no sos nada de lo que juraste ser.
Sin embargo, gracias. Ahora que te conocí me di cuenta de que tome la mejor decisión al dejarte ir. Ya no me siento culpable, mi alma está en paz sabiendo que yo nunca fingí.
Que tonta fui al creerte cada palabra que salía de tu boca. Que tonta fui, al creer en tus lágrimas. Fui engañada y aun peor, lo sigo siendo.
Creí que te tenía que pedir perdón, pero en realidad no, ese sos vos.
Quería seguir siendo parte de tu vida, pero ya no.
Decepción.

La forma de como me cuidas

Ahí estábamos en pleno boliche con la luz dándonos en la cara, uno al frente del otro mirándonos mientras cantábamos con euforia la canción...